¿Has pensado alguna vez en lo extraordinario que es abrir la llave y tener agua? Contar con agua implica el trabajo de miles de personas, la extracción del subsuelo (incluso a costa del hundimiento de algunas zonas), el traslado de millones de litros de agua de otras cuencas hídricas y de otras comunidades, entre muchas otras cosas. No sólo vivimos en una urbe superpoblada, sino que además nos ubicamos a más de 2 mil metros de altura, lo que dificulta aún más el acceso al agua.
Nuestro gran reto es asumir que el agua dulce es un bien finito, precioso, escaso y que tenemos que cuidarlo.
En este sitio te queremos contar lo básico del agua en la ciudad: de dónde viene, cuánta gastamos y qué podemos hacer para asegurar que nuestras/os hijas/os y nuestras/os nietas/os no vean amenazada su vida por la falta de este recurso fundamental.
Si lo piensas bien, podemos prescindir de muchas cosas, pero del agua, ¡nunca!