El cuerpo de un ser humano adulto está compuesto de 60% de agua. El agua dio origen a la vida y la mantiene, es un elemento que regula el clima del planeta y permite la existencia de los ecosistemas y de la humanidad.
Por ello es tan importante que conozcamos el ciclo del agua. Desde que el agua existe en el planeta, se mantiene en la misma cantidad. Esto es debido al ciclo del agua, que es el movimiento constante del agua en el planeta, desde los océanos a la atmósfera y su cíclico ascenso y descenso en sus formas sólida, líquida y gaseosa.
El ciclo del agua consta de 5 etapas:
Evaporación: es el proceso por el cual el agua de los océanos y de la tierra se convierte en vapor de agua y llega a la atmósfera. El vapor de agua proviene de los océanos, las aguas continentales y las plantas. En los océanos hay aproximadamente siete veces más evaporación que en la superficie terrestre.
Transpiración: es el proceso por el cual las plantas emiten agua por medio de sus estomas (orificios en el anverso de las hojas). Ocurre principalmente durante la fotosíntesis, cuando los estomas se abren para la transferencia de dióxido de carbono y oxígeno.
Condensación: en esta etapa el vapor de agua que está en la atmósfera se enfría a medida que se eleva. Por el descenso de la temperatura, el agua se condensa y se forman las nubes. Cuando una nube está lo suficientemente saturada, precipita.
Precipitación: el agua condensada en las nubes cae de nuevo a la superficie terrestre en forma de lluvia, granizo o nieve.
Al precipitarse, el agua puede caer en el océano o el suelo. Si cae en el mar, regresa al ciclo directamente por medio de la evaporación.
El agua que cae al suelo regresa al ciclo de diversas maneras:
Filtración: se da cuando el agua atraviesa el suelo y ocupa los espacios vacíos, formando pozos de agua o mantos acuíferos.
Como vez, el ciclo del agua está presente en todas partes y sin él la vida en el planeta no sería posible.