¿Alguna vez te has preguntado si lo que pagas por el agua es suficiente para garantizar que llegue a nuestras casas? El costo real del agua va más allá de lo monetario, pues implica la recarga hídrica (ciclo del agua), la conservación de las zonas de recarga, infraestructura, costos de inversión y mantenimiento, la extracción, potabilización, el bombeo –electricidad–, el suministro, el consumo, el tratamiento de aguas residuales y otros costos ambientales difíciles de determinar.
Traer el agua es, para empezar, un enorme gasto energético, como se ve en la siguiente ilustración.